En el año 2000 una artista que pintaba Pajaritas de papel y que en esos momentos tenía el encargo de copiar las músicas del Codex Calixtinus, decide grabar al aguafuerte el tablero del juego de la oca con el único afán de divertirse. Ignorante del poder arquetípico del Juego y de los secretos que esconde, pero con el bagaje de haber transitado sendas de otros mundos, emprende en solitario -como sólo se puede hacer al Gran Viaje- el Camino de las Ocas.
“Se dice que fue Pálameles, príncipe griego, quien, para entretener a los soldados que se aburrían durante el largo asedio de la ciudad de Troya, inventó, entre otras cosas, los dados, el ajedrez y el juego de la Oca” LEER MAS.
Desde el lienzo, sus pajaritas de papel, trinan la pitagórica canción del Número de Oro, para renovar la armonía del universo. Desde los grabados, sus tableros del Juego de la Oca se pueblan de anónimos peregrinos, que recorren el sendero de la vida, aprenden de sus errores y renacen evolucionados. LEER MAS.